¿Qué tan bien funcionan los Aquapacs en temperaturas frías? Pensamos que no habría mejor prueba que donar algunos Aquapacs a un cliente nuestro que estaba iniciando una expedición a la Antártida, siguiendo los pasos de Shackleton. Aunque esta expedición se realizó en el hemisferio sur, las temperaturas de verano regularmente bajaban hasta los -10 °C.

Alan Hill, explorador, viajero y fiel cliente de Aquapac partió a fines de enero rumbo a Ushuaia, en el extremo sur de Argentina, para unirse al yate Selma, un queche de 65 pies con casco de acero, y dirigirse al sur en busca de una aventura antártica. Alan, un británico, se unió a un grupo cosmopolita: un estadounidense, cuatro alemanes, un suizo y tres tripulantes polacos. Su experiencia en navegación variaba desde muy poca (el estadounidense y Alan) hasta veteranos curtidos del paso del noroeste y las travesías del Atlántico. Todos se habían reunido en Berlín en abril de 2023, por lo que habían tenido un par de días para conocerse un poco.

El objetivo del viaje era conmemorar el ¹⁵⁰ aniversario del nacimiento de Shackleton. El plan de la expedición era seguir sus pasos, visitando la Isla Elefante, donde su tripulación estuvo varada durante más de cuatro meses en 1916, y Georgia del Sur, el destino del épico viaje en bote pequeño de Shackleton para buscar ayuda para sus asediados hombres. También planeaban navegar por el lado oeste de la Península Antártica, justo al sur del Círculo Antártico, parando en varios lugares para observar la vida silvestre y pasar un par de noches acampando en tierra firme . Las Islas Malvinas eran su destino final.

Zarparon por el Canal Beagle a las 2 de la mañana del 3 de febrero y anclaron en Puerto Williams, Chile, donde pasaron dos noches mientras esperaban un pronóstico meteorológico razonable. Estaban a punto de embarcarse en una travesía de cinco días por el famoso Pasaje de Drake, por lo que era una buena idea evitar cualquier tormenta si era posible. Una vez fuera de las benignas aguas del Canal Beagle, el oleaje y el viento comenzaron a aumentar. Tuvieron un par de días de navegación emocionante antes de que el viento se calmara y tuvieran que poner en marcha el motor. ¡De lo más inesperado! El Pasaje de Drake se había transformado en el Lago Drake.

Mientras avanzaban lentamente, el equipo se reunió en la cocina para analizar las opciones. La gripe aviar se había convertido en un problema cada vez mayor en algunos lugares, matando a muchas crías de foca y aves. Aparte del museo, Georgia del Sur estaba ahora completamente cerrada a los visitantes. ¿Valía la pena un par de semanas de navegación en mar abierto para visitar un museo? La decisión unánime fue NO, así que en su lugar exploraron el lado este de la península, donde el mar de Weddell tenía menos hielo de lo normal, lo que lo hacía accesible para yates como el Selma.

Pasaron un par de semanas muy agradables explorando el mar de Weddell y sus inusuales islas con sus mesetas de cima plana, que parecían haber sido trasplantadas del Monument Valley de los Estados Unidos. Tuvieron mucho tiempo soleado y condiciones tranquilas escondidos en la sombra de la lluvia de la montañosa península Antártica. Vieron la primera de muchas ballenas, principalmente jorobadas y orcas, colonias de pingüinos Adelia, de barbijo y papúa, y leopardos, elefantes y focas peleteras. Los llevaron a los lugares de desembarque en un Zodiac; siempre existía la posibilidad de que una ola los mojara o de que chocaran contra las rocas al saltar, por lo que la funda Aquapac de Alan fue perfecta para proteger su teléfono y su cámara.

Dejaron el mar de Weddell y navegaron de un lado a otro por el estrecho de Bransfield antes de dirigirse hacia el lado oeste de la península, con su estupendo paisaje montañoso y sus estrechos canales llenos de hielo. Se dieron una ducha y una sauna de bienvenida en la base ucraniana Vernadsky, antes de llegar a su punto más meridional en el extremo más alejado de la isla de Adelaida, casi 68 grados al sur. Allí, cinco miembros del equipo se unieron y arrastraron trineos a nueve kilómetros de la meseta de hielo para pasar una noche inolvidable en un campamento perfecto y despejado.

Los planes de navegar hacia el norte por el lado oeste de la isla Adelaida se vieron frustrados por una plétora de grandes icebergs, por lo que volvieron sobre sus pasos hasta la base Vernadsky, donde "aguantaron" una tormenta durante tres días antes de visitar la caldera volcánica de la isla Decepción, con sus numerosas reliquias de la industria ballenera. Desde allí navegaron hasta la isla Elefante y observaron la playa donde los hombres de Shackleton estaban varados; sería difícil imaginar un lugar más desolador, rodeado de escarpados acantilados y peligrosas cascadas de hielo.

Luego, volvieron a cruzar el Pasaje de Drake. Una vez más, disfrutaron de un par de días de clima tranquilo y algunos aprovecharon para darse un baño. ¡Con una temperatura del agua de 4,5 °C, fue un chapuzón muy rápido! El último día de navegación hacia las Islas Malvinas, el Pasaje de Drake finalmente mostró sus dientes y los fuertes vientos hicieron que la navegación fuera muy emocionante. De vez en cuando, una ola rompía sobre el barco y empapaba al desafortunado timonel, y la funda Aquapac resultó muy útil, manteniendo el teléfono de Alan perfectamente seco.

Llegaron a las Malvinas después de 6 semanas de navegación de más de 3000 millas náuticas y se despidieron con tristeza del Selma y su tripulación. ¡Pero el viaje no había terminado! Fueron 10 días en las Malvinas donde disfrutaron al máximo de sus paisajes únicos, de la amabilidad de sus habitantes, de sus maravillosas playas y de las mejores colonias de pingüinos de la travesía.

Alan estaba usando una funda para teléfono móvil Aquapac en la Antártida

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